Xiaomi Mi Smart Air Fryer, análisis: una aliada de diseño en la cocina para freír (casi) sin aceite y con aplicación
Las airfryers están de moda. Estos mini hornos de convección se postulan como la alternativa «saludable» a las freidoras clásicas por no usar aceite y, gracias a su tamaño reducido, gastan menos energía que encender el horno.
Por un lado, una de las marcas más populares en tecnología. Por otro, el electrodoméstico de cocina de moda. El combo suena prometedor: hemos probado la Xiaomi Mi Smart Air Fryer a fondo y esta ha sido nuestra experiencia.
XIAOMI MI SMART AIR FRYER | |
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Dimensiones y peso | 335 x 252 x 304 mm y 3,9 kg |
Potencia | 1500W |
Cestillo | 3,5 L |
Rango de temperaturas | entre 40°C y 200°C |
Tiempo | funcionamiento continuo durante 24 horas |
Manejo | Con aplicación Google Assistant y Amazon Alexa |
Conectividad | Bluetooth |
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Xiaomi Mijia Smart Air Fryer – Freidora Sin Aceite, Capacidad 3.5 L, regulable 40-200, Apagado automático, con Recetas, Pantalla OLED, 1500W, Asistente de voz Google y Alexa integrado. (Color Blanco)
Diseño: tan atractivo y minimalista como poco intuitivo
Si tienes una cocina de diseño, la Xiaomi Mi Smart Air Fryer le va a quedar como anillo al dedo. Eso sí, en una cocina con una encimera respetable, porque no es precisamente pequeña. Lo bueno es que gracias a su forma de prisma rectangular y lo bien que aisla el chasis del interior, puedes guardarla sin problema en un armario hasta la próxima. Aunque ya os advertimos que mejor dejarla cerca porque le vais a sacar partido.
Es innegable que la firma china ha cuidado al extremo a apariencia de su freidora de aire, con unas líneas ligeramente curvadas, acabado brillante y el minimalismo por bandera. De hecho al sacarla de la caja puedes preguntarte ¿dónde están los botones?
Un diseño minimalista y atractivo pero…¿dónde están los botones?
Pues es que no hay muchos: simplemente el on/off y una ruleta tan versátil que sirve para todo. Así, puedes girarla a un lado y a otro para desplazarte por el menú y apretarla para «aceptar». Hasta la pantalla está integrada en su centro. Una cosa está clara: visualmente es llamativo y bonito. Ahora, lo intuitivo del manejo es otra historia.
Es cierto que en un par de minutos me he hecho al menú y he sabido desenvolverme sin problema, pero este análisis lo he realizado en mi casa familiar, con la Xiaomi Mi Smart Air Fryer al alcance de mis padres. Y aquí sí que he notado que la curva de aprendizaje era pronunciada para ellos. Asimismo, ellos también preferirían un recetario en papel.
En este sentido, las airfryer más básicas suelen recurrir a dos diales para regular tiempo y temperatura de forma analógica, las que tienen un panel táctil combinan precisión y practicidad. ¿Y la Xiaomi Mi Smart Air Fryer? Aunque con un poco de paciencia y tiempo cualquiera podría apañarse, esta es ideal para las personas más tecnológicas.
Por lo demás, su formato es clásico: con un acceso lateral para extraer el cestillo, cuyo es volumen de 3,5 litros. O lo que es lo mismo: hemos podido hacer 4 porciones generosas de patatas fritas como guarnición y alitas de pollo para 4 (segundo plato).
En la caja vas a encontrar el manual, una rejilla para cocinar y la freidora. ¿Y el clásico recetario? No viene en papel, pero en la aplicación tienes recetas para aburrir.
Cocinando con la Xiaomi Mi Smart Air Fryer
Una vez sacada de la caja, conectada y encendida, navegarás por una interfaz (por defecto en inglés) donde alternar entre el modo manual, los programas y ajustes.
Aunque puedes usarla sin aplicación, lo suyo es exprimir la conectividad para usarla desde el móvil. De hecho si dejas unas alitas de pollo (o cualquier otra receta, pero el pollo queda genial) dentro del cestillo antes de irte a trabajar, puedes encenderla de camino a casa y comértelas recién hechas. O simplemente para acceder al recetario.
Además, si tienes algo de Xiaomi en casa, probablemente ya tengas Mi Home instalada en tu teléfono. Si no es el caso, te tocará descargarla, crear una cuenta y acceder a ella. Una vez dentro, añade la freidora e introduce la contraseña de tu Wi-Fi doméstico. El proceso es muy similar a configurar un robot aspirador y no lleva más de 5 minutos.
Hemos comenzado con un básico: unas patatas fritas. Como no tenemos muy claro el tiempo o la temperatura requerido, nos fiamos del programa predefinido: para medio cestillo, 15 minutos a 200 grados, con una pausa a la mitad.
Como no tiene «ventanas» para ver cómo va la cocción ni dispone de paleta interna para remover, toca hacerlo a la vieja usanza: tirando del asa para abrir, mirar su estado y agitando. Nosotras hemos abierto alguna que otra vez más para remover y pulversizar algo de aceite.
Al concluir el programa, probamos una, consideramos que está poco un poco dura y pecamos alargando 5 minutos más. Demasiado: las patatas nos han quedado algo secas. Por unanimidad, preferimos las hechas en nuestra freidora de toda la vida o en sartén.
Nuestra recomendación para conseguir unas buenas patatas fritas: pártelas más gruesas, por ejemplo en gajos, añade algo de aceite y remueve bien. Manejarla no es difícil, pero pillarle el punto tiene su aquel.
Segunda receta: alitas de pollo. Este plato también tiene un programa predefinido de 180 grados y 15 o 25 minutos en función de si pones una o dos capas. Para 3 personas hemos llenado hasta la mitad, es decir, unas dos capas. Cada 8 minutos se detiene para agitar, algo que haremos simplemente extrayendo el cestillo y removiendo cual maraca. En este caso no hemos añadido nada de aceite ya que la piel del pollo ya es grasa.
Éxito absoluto con las alitas: quedan más jugosas que en la sartén, se hacen mucho más rápido que en sartén y horno y no hemos añadido aceite, un recorte en el aporte calórico notable. Además es un punto lo de poder dejarlas calientes o programarlas para ponerlas a la mesa recién hechas.
Manejarla no es difícil, pero pillarle el punto tiene su aquel
En estos días de análisis nos hemos atrevido también con croquetas – nos quedaron algo secas –, brócoli, salmón y hasta cigalas. Aunque no tiene mucho misterio lo de experimentar con temperaturas (una buena orientación son las usar las del horno) e ir añadiendo minutos, el recetario de la aplicación viene de lujo para ir a tiro fijo y ya solo ajustar al punto que te guste.
Nos ha sorprendido gratamente los resultados con alimentos como las carnes y pescados, logrando mantener la jugosidad con un toque doradito. Eso sí, ten en cuenta siempre que salvo los alimentos grasos, hace falta añadir algo de aceite y remover a conciencia.
Pero es más que una freidora de aire (o un mini horno): también puede servirte como yogurtera, para deshidratar fruta o simplemente para calentar alimentos.
No es más difícil que limpiar una sartén
Como buena foodie, tengo la cocina repleta de gadgets. Algunos se han convertido en imprescindibles y otros… otros están ocupando sitio en el armario. La fina línea que marca la frecuencia de uso es en la mayor parte de los casos su limpieza, o lo que es lo mismo, lo costoso que es limpiarlas.
No es el caso de la Xiaomi Mi Smart Air Fryer. El exterior puedes limpiarlo con un paño húmedo y una vez extraído el cestillo, puedes separarlo para lavar la pieza inferior en el lavavajillas y el chasis con agua y jabón como si fuera una sartén sin mucha complicación. La rejilla también puedes meterla en el lavavajillas sin problema.
Xiaomi Mi Smart Air Fryer, la opinión de Xataka
La Xiaomi Mi Smart Air Fryer lo tiene todo para estar en el 11 titular de mi cocina (lo siento, procesador de alimentos y yogurtera). Es cierto que no es un electrodoméstico pequeño, pero ha conseguido dejar en un segundo plano al horno salvo para hacer pizzas o asados y reducir el protagonismo de la sartén.
Cocinar con esta airfryer es limpio y rápido: no hay salpicaduras de aceite y mientras que hacer unas alitas de pollo te puede costar una hora en total en sartén o en horno, con ella destinarás menos de la mitad de tiempo. Frente a la primera ganas en autonomía y al segundo, en consumo energético.
Que baste con añadir unas gotas de aceite o mejor aún, pulverizándolo, también es una buena noticia desde el punto de vista calórico.
Como ya hemos advertido a lo largo del análisis, esta freidora de aire conectada es fácil de usar para personas tecnológicas, pero si no es el caso, probablemente echen de menos unos paneles más clásicos y el recetario en papel. Pero todo es cuestión de ponerse.
Si ponemos en una balanza su diseño, potencia, tamaño y su precio, la Xiaomi Mi Smart Air Fryer se postula como uno de los modelos más completos y atractivos del sector.